El Horno

El Horno

HISTORIA:

Hoy en día ya existen incontables herramientas y aparatos que nos ayudan a cocinar nuestros alimentos con mayor facilidad y en el menor tiempo posible, o simplemente el adecuado, sin necesidad de estar pendiente “si ya se pasó”, “si todavía le falta” o si de plano “ya se quemó”.

El horno ha sido una herramienta esencial para la preparación de todo tipo de alimentos. Y ahora les presentamos cómo ha nacido, cómo se ha desarrollado y cómo se ha mantenido.

El horno, o furnus, en latín, es un artefacto que permite generar calor y mantenerlo dentro del espacio correspondiente. Ha sido y sigue siendo utilizado para hornear, cocer, calentar o asar distintos tipos de alimento como la carne, el pescado, el pollo, el pan, pasteles, entre otros.

También ha funcionado para secar ciertos materiales, para trabajos artesanales, cerámica, cremación…pero no nos desviemos. Nos enfocaremos en lo gastronómico.

Después del descubrimiento del fuego, el hombre comenzó a ideársela para encontrar la mejor forma de cocinar con este mismo. Así surgen en la prehistoria los primeros prototipos de horno, los cuales consistían básicamente en agujeros en el suelo, ahí dentro se acomodaba la madera y se encendía para después introducir sobre las brasas los pedazos de carne de cualquiera que fuese la presa del día, todo envuelto en hojas de árboles y arbustos. Se tapaba el agujero con tierra o piedras y se sentaban alrededor relamiéndose los bigotes. Estamos hablando aproximadamente
del año 30,000 a.C.

Posteriormente, en Oriente Medio, aparecen los hornos panaderos, una vasija acampanada, de tierra o adobe, dentro se hacía el fuego, se conservaba el calor que producía el barro y se introducía el trigo, dando la bienvenida al pan.

Más adelante, los griegos decidieron tumbar el horno Tandoor, colocando la puerta en la parte frontal y añadiendo una solera para hacer el fuego. Haciéndolo más práctico y manejable, se concentraba más el calor y se requería de menos madera para cocinar.

El mejor combustible para dicho horno era el roble, árboles de fruta como el níspero o la ciruela, nuez, olivo, etcétera; madera dura. Se evitan materiales resinosos como el pino.

Y así es como llega a las manos de los Romanos, quienes fueron responsables de su esparcimiento por los confines de la tierra; esto debido a su gran Imperio. Claro está que ninguno de ellos podía perderse el privilegio de probar la exquisita técnica que producía manjares.

Ahora hablamos del presente, donde ya están más que adaptados a nuestras recetas, los hornos de gas y eléctricos (con un par de botones tienes tu Ratatouille al dente). Asimismo, el microondas que, por cierto, se descubrió por accidente:

“Durante un proyecto de investigación en 1946, el Dr. Percy Spencer, notó algo extraño cuando se mantenía de pie junto a un radar de combate activo. Se dice que la barra de caramelo (o de chocolate) en su bolsillo se derritió. Despertó su curiosidad y comenzó a investigar al respecto, hasta dar con lo que hoy en día se encuentra en la mayoría de los hogares alrededor del mundo; el microondas.”

A LA MEXICANA:

Gracias a esta esplendorosa herramienta (el horno), nos podemos ver bien servidos de diferentes platillos y estilos de preparación, uno de ellos, nuestro pan de cada día, nuestra “proteína” azteca…

El Bolillo:

– Bolillo y salsa (el snack ideal para el recreo y quedar satisfecho)

– Guajolota (bolillo con un tamal dentro para empezar el día, acompañado de su atole para combatir el frío… ¿por qué no?)

– Tortas de todo tipo (desde la clásica torta de jamón de “El Chavo del ocho” hasta las tapatías “Torta Ahogada”)

– Molletes (sin que les falte la frescura del pico de gallo…)

Oh, vaya, lo siento… me estaba desviando un poco, enfoquémonos en los platillos al horno. Cabe destacar algunos:

– Pizza (Napolitana, pepperoni, cuatro quesos, etcétera)

– Bacalao al horno

– Pechuga de pollo al horno

– Patatas Hasselback o laminadas al horno

– Pasteles (zanahoria, brownies, tres leches)

TIPOS DE HORNO:

Como ya mencionado, el horno de cocina tuvo grandes transformaciones y termina dividiéndose de la siguiente manera:

– Leña: Consigue que los alimentos obtengan un sabor exclusivo, como el ahumado.  (La batalla se divide entre el gas y eléctrico por ser de menor complicación y mayor productividad, sin embargo, la insignia del mejor creador de la pizza *comprobado* se lo lleva el de leña).

– Barro: Le otorga proporción a los sabores y aromas.

– Gas: Emplea como combustible el gas natural.

– Eléctrico: Enchufa, espera, retira. Más utilizado.

– Microondas: Por ondas electromagnéticas y se produce gracias a partículas de agua que contienen los alimentos.

VENTAJAS:

Cada horno tiene sus respectivos beneficios y desventajas, pero en general se podría determinar así:

– Sabe mejor sin necesidad de añadir demasiados condimentos, aceites o grasas.

– El modo y tiempo de cocción conlleva a una textura más jugosa y delicada.

– Conserva mejor los minerales y vitaminas.

– La temperatura que alcanza el alimento permite que guarde el máximo de nutrientes posible.

– Mayor facilidad al limpiar.

– Se presentan generalmente menos calorías y porcentaje de grasas.

– En muchas ocasiones reduce el tiempo y trabajo necesarios.

CONCLUSIÓN:

Por ende, podemos afirmar que el horno ha sido una total revolución en la industria de la gastronomía. Nos ha permitido extender la variedad de creación en la cocina y revelar a nuestros paladares sabores y texturas que eran antes inimaginables. Le damos gracias por calentar, desde el corazón, a nuestros alimentos.

Porque todo lo que sale de él, es hecho con amor.

¡Es hecho Contadina!